Liderar equipos híbridos
Por qué los antiguos hábitos de liderazgo ya no funcionan en equipos híbridos
Respuesta corta: Los equipos híbridos rinden mejor cuando los líderes se alejan del control y la visibilidad y se centran en la confianza, la claridad, la autonomía y acuerdos de trabajo claros. Sí, es mucho para asimilar. La mayoría de los líderes está de acuerdo con esto en teoría.
En mi experiencia personal, tanto como Agile Coach como formadora en liderazgo, he sido testigo de cómo la comunicación, la influencia y, por tanto, el liderazgo de equipos han cambiado desde el Covid. Lo que escucho una y otra vez en casi todas las formaciones de liderazgo que imparto es esto:
- ¿Cómo lideramos equipos distribuidos?
- ¿Cómo creamos realmente alineación y cohesión cuando en su mayoría solo nos vemos a través de pantallas (a veces incluso sin cámaras)?
Preguntas que no tienen una respuesta estándar. No es sorprendente que el tema de liderar equipos híbridos se haya convertido silenciosamente en uno de los retos más urgentes para managers de personas y RR. HH. Y algunos líderes se quedan atascados, porque muchos de los hábitos que antes funcionaban simplemente ya no se traducen. Eso resulta frustrante (para ambas partes).
Cómo se ve esto en la práctica:
Lo que la mayoría de los líderes acaba notando es que los equipos híbridos rinden mejor cuando los líderes dejan de apoyarse en el control y la visibilidad y, en su lugar, invierten en confianza, claridad, autonomía y acuerdos de trabajo bien definidos.
El paso al trabajo híbrido y remoto ha cambiado de forma fundamental cómo se vive el liderazgo. Muchos hábitos tradicionales de liderazgo —basados en la presencia física y la supervisión directa— ya no se traducen. Cuando los líderes siguen confiando en ellos, suelen aparecer la confusión, la desconexión y la desconfianza.
Así que la pregunta no es si el trabajo híbrido funciona. Es si el liderazgo se ha adaptado lo suficiente para apoyarlo.
Este artículo explora por qué los hábitos antiguos fallan y qué comportamientos de liderazgo realmente apoyan el enfoque, la confianza y el rendimiento en entornos híbridos.
¿Qué está pasando realmente?
A medida que las organizaciones adoptan modelos híbridos, muchos líderes tienen dificultades para adaptarse. Los enfoques de liderazgo que antes dependían de la interacción presencial y de señales informales de control ya no funcionan en entornos distribuidos.
El trabajo híbrido exige que los líderes sean mucho más intencionales. La dura realidad es que la confianza, la claridad, la autonomía y la comunicación no ocurren por accidente; deben diseñarse activamente. De hecho, esto también aplica a entornos no híbridos. ¡Necesitamos aumentar la intencionalidad para crear impacto!
Cuando llegó el Covid, me inscribí rápidamente en una formación sobre cómo facilitar talleres y formaciones online, porque simplemente no tenía ni idea. Todo lo que había hecho hasta entonces era trabajar cara a cara con personas, involucrando todos los canales de comunicación (especialmente el kinestésico). Fue una curva de aprendizaje pronunciada que salvó mi trabajo.
Por eso es natural que liderar equipos híbridos siga siendo un reto para algunos líderes, porque aprender sobre la marcha, compaginándolo con todas las demás responsabilidades, es difícil (y lento). En mi trabajo, especialmente a través del coaching de equipo, los patrones se hacen visibles muy rápido: cuando el comportamiento de liderazgo cambia, la colaboración mejora, independientemente de la ubicación.
¿Qué ocurre si no te actualizas?
Cuando los enfoques de liderazgo no evolucionan, los equipos híbridos pagan el precio. A menudo de forma silenciosa al principio.
- Pérdida de confianza: la microgestión o el silencio erosionan rápidamente la confianza.
- Falta de claridad: expectativas poco claras generan frustración y retrasos.
- Autonomía reducida: el exceso de control ahoga la responsabilidad y la innovación.
- Mala comunicación: los vacíos de información debilitan la colaboración.
- Acuerdos de trabajo débiles: sin normas compartidas, aumenta la fricción.
Estos patrones suelen reflejar puntos ciegos de liderazgo más que falta de capacidad. Aquí es donde el desarrollo del liderazgo puede ayudar a los líderes a reconocer el impacto de su comportamiento antes de que los problemas escalen. Si quieres una visión rápida, revisa nuestra Guía de Liderazgo.
Cinco prácticas de liderazgo que fortalecen equipos híbridos
1. Cultivar la confianza a través de la transparencia
Respuesta directa: la confianza crece cuando los líderes comparten contexto, explican decisiones e invitan a preguntas, no solo a actualizaciones.
La confianza es la base del liderazgo híbrido. La transparencia sobre objetivos, decisiones y retos ayuda a que las personas se sientan informadas y respetadas.
Reflexión: la mayoría de los líderes se da cuenta de que explica mucho menos sus decisiones cuando la presión es alta. No porque no les importe, sino porque van rápido.
2. Proporcionar expectativas y límites claros
Respuesta directa: la claridad reduce la fricción y respalda la responsabilidad entre ubicaciones y zonas horarias.
Los equipos híbridos necesitan más claridad que nunca. Roles claros, derechos de decisión y normas de comunicación reducen la fricción y mejoran la rendición de cuentas.
Reflexión: muchos equipos asumen que están alineados en estos básicos, hasta que aparece la fricción. Ese suele ser el momento en que los líderes se dan cuenta de que nada se hizo explícito.
3. Fomentar la autonomía y el empoderamiento
Respuesta directa: el liderazgo híbrido funciona mejor cuando los líderes se centran en los resultados en lugar de la actividad.
El liderazgo híbrido funciona mejor cuando los líderes dejan de lado la microgestión y se enfocan en los resultados más que en la actividad.
Reflexión: esto suele ser incómodo. Los líderes tienden a confiar en los resultados en teoría, pero siguen vigilando la actividad cuando la incertidumbre aumenta.
4. Priorizar una comunicación eficaz
Respuesta directa: los equipos híbridos sólidos acuerdan ritmos claros para la alineación, el feedback y la conexión.
Los equipos híbridos sólidos no dependen de una sola herramienta. Establecen ritmos para la alineación, el feedback y la conexión.
Reflexión: la mayoría de los equipos no tiene problemas con las herramientas. Tiene problemas con expectativas poco claras sobre cuándo algo merece una conversación y cuándo no.
5. Mantener el foco en la moral y la cultura del equipo
Respuesta directa: en el trabajo híbrido, la cultura se vuelve menos visible, por lo que los líderes deben reforzar el sentido de pertenencia de forma intencional.
La cultura no desaparece en el trabajo híbrido; simplemente se vuelve menos visible. Los líderes necesitan reforzar activamente la pertenencia y el reconocimiento.
Reflexión: los líderes suelen notarlo solo en retrospectiva, cuando un colaborador fiable se desconecta sin demasiada advertencia.
Un ejemplo real
Una empresa tecnológica con la que trabajamos vio caer la productividad a medida que los equipos pasaban al trabajo híbrido. La confusión en torno a prioridades y expectativas generó tensión.
Tras un programa de liderazgo centrado en la confianza, la claridad y la autonomía, los líderes cambiaron la forma en que se comunicaban e involucraban a sus equipos. Se aclararon los acuerdos de trabajo y la toma de decisiones se volvió más transparente.
En pocos meses, el compromiso mejoró de forma significativa. Un miembro del equipo compartió:
“La claridad y la confianza de nuestros líderes me hacen sentir enfocado y motivado de nuevo.”
¿Qué aprendemos de esto?
Liderar equipos híbridos requiere soltar hábitos obsoletos y adoptar comportamientos de liderazgo que apoyen la confianza, la claridad y la responsabilidad compartida.
Este cambio se alinea estrechamente con un enfoque de liderazgo personal, relacional y sistémico, que reconoce cómo el comportamiento individual moldea la dinámica de los equipos y la cultura organizacional.
Conclusión
El trabajo híbrido no rompió el liderazgo. Solo eliminó los atajos.
Cuando las personas ya no están en la misma sala, la confianza y la claridad no pueden darse por sentadas. Deben construirse de forma intencional y revisarse cuando la presión aumenta.
Si este artículo te resultó demasiado familiar, suele ser una señal útil. La mayoría de los equipos no necesita una herramienta nueva. Necesita que algunos hábitos de liderazgo cambien, de forma consistente, a lo largo del tiempo.
Próximos pasos
Si tus líderes están navegando el trabajo híbrido o distribuido, explora cómo nuestros servicios de Formación en Liderazgo, Coaching de Equipo y Coaching Ejecutivo pueden apoyarlos.
Si te gustaría reflexionar sobre tus retos específicos, también puedes reservar una llamada de claridad para explorar juntos los próximos pasos.
Putting it into practice
Workplace health programmes are a combination of paying attention to workplace stress factors and employee lifestyle. In other words, a good employer or business owner not only supports employees in the performance of their roles but also encourages them to lead healthier, fitter, more balanced lives.
Having decided that you want to improve health and wellbeing in your workplace, there are a number of factors to bear in mind:
1. Plan strategically
Like any other work project, you need to know exactly what you want to achieve and why. Set out some clear goals and objectives (preferably SMART ones) and wherever possible, involve the employees in the planning – after all, they know best what sort of programme will appeal to them most.
2. Offer choices
Variety is the spice of life & wellbeing! People are different and not every activity appeals to every employee. You need to offer or encourage a wide variety of options to engage with everyone. Here are some popular ones: subsidized health insurance, gym membership, meditation/yoga dance classes, stress release workshops, coaching one-to-one or in groups, massages, health assessments, nutritional advice, organic fruit baskets, incentives for commuting to work by bike and the list goes on.
3. Communicate
Wellness should be part of your corporate culture and ideal communication is a two-way process. It’s important you understand your employees’ needs and that they are clear about what you are offering.
4. Make it fun
If people see eating well and exercising as yet another duty or responsibility then they’re less likely to be enthusiastic about it. The more enjoyable the activity, the more employees will sign up. After all, even adults like to play or have a break!
5. Make full use of technology
It’s the 21st century and technology is part of everybody’s life. Use a variety of channels such as web pages, email or online forums to communicate. You can also look for ways to incorporate technology into wellbeing activities. For example, downloadable podcasts about healthy eating, Skype coaching sessions, fitness apps for smartphones or share a guided meditation through Dropbox or a similar service.
6. Make it social
Speaking of technology, make sure you take advantage of social media. Why not set up a private Facebook page or a LinkedIn group that focuses on employee well-being? If you give people a community forum, they’ll encourage each other and provide their own motivation.
7. Simple steps
Not everything has to be complicated. Look for easy ways to gently encourage a healthier lifestyle in the workplace. For example, why not place a bowl of fresh fruit by the water cooler and tell people to help themselves.
8. Check up
There is always room to improve any initiative. Talk to your staff. Ask them how the programme is working for them. What could you do differently or better? Are there measurable or noticeable improvements?
Hopefully, you now have a clear idea of why Corporate Wellbeing is important and how you can go about implementing it in your workplace. Whether you are a small business owner or a CEO you can be certain that investing in health and happiness will benefit you, your staff and your company on all levels.

MAIKE STOLTE
Coach Ejecutivo. Consultora. Formadora. Facilitadora.
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