La toma de decisiones es siempre un proceso cargado e intenso porque muchas variables intervienen.

La última vez que tuvo un par de propuestas sobre la mesa, ¿cómo decidió con cuál quedarse?

¿Qué tuvo en cuenta para elegir una de ellas: sus preferencias personales, el historial específico sobre el tema o una respuesta emocional? ¡y est@ es sólo usted!

¿Qué sucede cuando suma a su equipo a la mezcla, y tienen que decidir colectivamente sobre proyectos urgentes y tareas cruciales?

Todos los días, si no digo cada momento, está marcado por una decisión que tomamos, consciente o inconsciente. ¿Queremos te o café? ¿Corbata roja o azul? ¿Tomará el Litoral o la Gran Vía esta noche? Normalmente no ponemos mucho pensamiento al proceso o al resultado.

En el trabajo, sin embargo, todos conocemos el dolor/la dificultad de alinear las prioridades en aras de una decisión que refleje a todos  los presentes en esa sala (o al menos a la mayoría). Esto pasa cuando el proceso y el resultado se destacan: tenemos que consensuar con el grupo y tomar una decisión coherente.

Puedo nombrar varios momentos donde uno de los dos sucede:

A- Discusiones sin fin para llegar una decisión colaborativa incómoda.

B- Falta de paciencia por parte del líder que interrumpe todo el proceso y solo impone su punto de vista.

“Estamos siempre eligiendo, lo reconozcamos o no. Siempre”

Manson, M.

En orden a tomar una decisión concreta que beneficie al plano general/a la foto completa, al objetivo colectivo del equipo e impacte positivamente en la organización, necesitamos entender un poquitito en qué se basa el proceso de toma de decisiones. Más allá de eso, necesitamos algunas herramientas para alinear con el objetivo común.

Primero, sepamos por qué la toma de decisiones se vuelve un poco tramposa:

Todas las elecciones acarrean tanto un componente de riesgo como de ganancia.

En su libro “Pensar rápido, pensar despacio…”, Daniel Kahneman argumenta que hay 5 efectos que intervienen cuando debemos considerar una elección. La tesis subyacente de su libro es que tenemos dos sistemas de “pensamiento” en nuestra mente:

1-  Pensar Rápido

También entendido como “intuición”, es una respuesta automática y rápida, sin control voluntario.

2- Pensar despacio

La mera actividad cognitiva que demanda esfuerzo, albedrío, elección y concentración.

La combinación de estas dos funciones crea el terreno para 5 trucos malabaristas que influyen en nuestros procesos de toma de decisiones:

• Pérdida de aversión.

El temor de perder algo es mucho mayor que asumir el riesgo necesario para una ganancia potencial. En otras palabras, jugando seguro.

• Dominio de Negatividad.

Dar prioridad a las malas noticias con la tendencia a enfocarse en el costoso impacto que la decisión pueda tener.

• Efecto de asignación de valor.

Sobrevalorar algo que poseemos, independientemente de su valor objetivo de mercado. Para cosas con significado simbólico, experiencial o emocional, normalmente asignamos más valor una vez que establecemos propiedad /nos adueñamos.

• Efecto Certeza.

La mentalidad de “trato rápido”, o como dice el dicho: “Mejor pájaro en mano, que cien volando”.

• Efecto Posibilidad.

Altas expectativas por el precio que paga. Piense en un billete de lotería. Puede ir en ambos sentidos y asumir el riesgo es un hecho.

Ahora, ¿cómo aborda estos sesgos cuando está en un equipo bastante grande y no puede tomarse mucho tiempo para descubrir las preferencias de cada miembro en sus procesos de toma de decisiones?

Necesita una herramienta y un objetivo común.

En nuestro artículo sobre “Establecer prioridades”, presentamos el modelo Eisenhower, con los ejes de importante y urgente. Lea más sobre este modelo en nuestra hoja de ejercicios Sobre Prioridades y Delegación.

Aparte de revisar el modelo Eisenhower, también recomendamos aplicar el modelo “MoSCow” la próxima vez que esté en una reunión. Diseñado por Dai Clegg, el acrónimo refiere a:

•             Must have (Debe tener),
•             Should have (Debería tener),
•             Could have (Podría tener)
•             Won´t Have (No lo tendrá).

Previo a cualquier esperanza de llegar a una decisión sólida, necesita alinear objetivos personales y colectivos. Descubra más sobre alinear objetivos y cómo usar la herramienta “MoSCoW” en nuestra hoja de ejercicios “Toma de decisiones Colaborativa.”

Para ayudarle a navegar a través de los desafíos que pueda enfrentar en el trabajo en su rol de líder, hemos creado hojas de ejercicios mensuales, con actividades simples y prácticas de 5 a 10 minutos. Ejercicios fáciles que le ayudarán a mantenerse en camino y enfocado en el trabajo. Eche un vistazo a continuación.

¡Le ofrecemos estas hojas de ejercicios gratis!

Consulte nuestra biblioteca completa de hojas de ejercicios prácticos aquí. En nuestra sección Comunicación y Conflicto, puede descargar la hoja este mes “Toma de decisiones Colaborativa” con actividades para implementar inmediatamente y practicar a diario. Explore la biblioteca para encontrar ejercicios adicionales para mejorar la motivación, reducir el estrés y aumentar la productividad.